martes, 15 de febrero de 2011

Audiencia del 15 de febrero

LA HORA DE LOS HERMANOS TALQUENCA


Se inició el debate de la causa por la Desaparición Forzada de los hermanos Julio y Hugo Talquenca.  Se escucharon los testimonios del padre, la hermana, un amigo de Julio y una vecina que presenció el secuestro.
  Con la lectura del Auto de Elevación a Juicio de la Causa 005 – M, en la fecha se inició el debate por las desapariciones de Julio Félix (23 años) y Hugo Alfredo Talquenca (21 años), secuestrados en su domicilio de Maipú el 14 de mayo de 1976.  El único imputado en esta causa es Tamer Yapur, en tanto autor mediato, por  privación ilegítima de la libertad, homicidio agravado y  asociación ilícita, entre otros delitos.
  El primer testigo fue don Hugo Talquenca, de 82 años, padre de los jóvenes. Su declaración fue tomada en el viejo domicilio familiar y ofrecida por el Tribunal mediante el audio de una grabación que permitió desandar 35 años para recrear las escenas de aquel “fatal día”.
Talquenca hizo la revisión de las  gestiones realizadas para recuperar a sus hijos: tres o cuatro  Habeas Corpus; reiteradas entrevistas en el Comando de la 8va. Brigada; fue recibido por Monseñor Rey y hasta pagó para obtener información que nunca llegó; también fue partícipe activo en los organismos de DDHH.  En primer lugar se acercó a Familiares de Detenidos y Desparecidos por Razones Políticas y también caminó junto a Madres de Plaza de Mayo durante largos años.  En este marco, en 1978,  fue detenido y maltratado por personal del Ejército cuando la fuerza allanó un  pequeño local en el que se reunían los Familiares con la intención de intimidar a quienes buscaban a sus desaparecidos.
  En su declaración, el padre afirmó que su hijo Hugo Alfredo “era político” pero que Julio no participaba de esas actividades. Además confirmó que Hugo(h) era amigo de Luis Bustamante, Héctor Granic y Virginia Suarez, secuestrados simultáneamente, todos desaparecidos. En este marco, la querella apuntó se considere  que en mayo de 1976, se instrumentó un plan específico para  desbaratar a la Juventud Guevarista local mediante la seguidilla de  detenciones y/o asesinatos de miembros de esa agrupación registrados en fechas próximas
Los allegados ampliaron la información
  Por la tarde testimoniaron Luis Eduardo Figueroa, Nélida Pínfari y Patricia Talquenca. Todos ellos hicieron una reconstrucción de lo que vivieron la madrugada del 14 de mayo de 1976 con motivo del violento mega operativo vivido en Gutiérrez. Los tres coincidieron en que fue personal del ejército, por la ropa y los vehículos en que se manejaban. Por otro lado, señalaron que las declaraciones realizadas por ellos, en 1986, ante el juez Troncoso, en la sede del Comando de la 8va. Brigada se hicieron en un clima intimidador.
Luis Figueroa, era por aquel entonces vecino y amigo personal de Julio, el mayor de los hermanos. Según sus relatos mantenía una amistad muy cercana con este muchacho que al igual que su padre tenía cómo oficio la albañilería y, según sostuvo, no mantenía ningún tipo de actividad política. A Hugo(h), expresó, lo conocía menos. No obstante podía asegurar que  era “trabajador y humilde”. El secuestro lo dejó perplejo y con mucho temor como a todos los que los conocían.
Nélida Pínfari, vivía enfrente de la casa de los Talquenca, aquella madrugada del secuestro observó todo desde una ventana de su casa. No se atrevió a salir por temor a que le sucediera algo a ella o a su familia. Comprobó el despliegue de vehículos, reflectores y tropa en un operativo de ribetes espectaculares. “Tenía miedo por mis hijas, tenía miedo que estos hombre se vengaran por haber sido testigo” dijo.
Patricia Talquenca tenía 13 años cuando se llevaron a sus hermanos. Recordó que la despertaron los gritos desesperados de su madre pidiendo por sus hijos.  De sus hermanos, contó que trabajaban junto a su padre como albañiles, su hermano Julio estaba a punto de casarse y que Hugo estaba en el último año de secundaria. De este último también confirmó que “tenía ideas socialistas”, “pretendía la igualdad entre todos” y que mantenía actividades políticas. “En mi casa la vida nunca fue igual hasta el día de hoy” dijo sin consuelo la mujer.

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