jueves, 9 de diciembre de 2010

Audiencia del 9 de diciembre

ROSA DIO PRECISIONES Y SE SINTIO LIBERADA


  Rosa Gómez relató con urgencia su cautiverio en el  D 2.  No tuvo militancia en ninguna organización, su secuestro sólo se explica por su relación con el sindicalista bancario Ricardo Sánchez Coronel. Aportó precisiones sobre quiénes integraban el cuerpo de ese Centro Clandestino, incluso reconoció a algunos que aun se encuentran en actividad e indicó en qué dependencia trabajan.
En calidad de “testigo general” Rosa del Carmen Gómez  declaró ante el TOF Nº1. Fue detenida el 1º de junio de 1976 y permaneció  durante 9 meses en el CCD que funcionaba en el Palacio Policial, en plena ciudad de Mendoza.
A igual que lo habían hecho las testigos que la antecedieron, Rosa describió cómo las mujeres que iban a parar aquel sitio eran violadas sistemáticamente por los hombres que conformaban la patota del D2. Las humillaciones y las torturas se sucedían incesantemente en aquel lugar que particularizó como un “infierno”,  “mientras estaba en el calabozo, sentía todo el tiempo personas llorar y quejarse” remarcó varias veces en su relato. Aseguró haber compartido el lugar con Ricardo Vargas y Rosario Torres “muy torturados”, dijo y con el fotógrafo Miguel Pointeau;  todos, al igual que su compañero, están Desaparecidos
Durante el tiempo que ella pasó en el D2 desarrolló mecanismos para distinguir a las diferentes personas que participaban en ese centro de operaciones. “Aprendí a leer con los oídos” expresó la mujer que permaneció un mes maniatada y con los ojos cubiertos. Entonces grabó las voces, los perfumes, las respiraciones que le permitieron identificar a los carceleros  cuando circulaba sin vendas.  Al mes se detuvieron los golpes y la picana pero, aseguró, fue abusada sexualmente del primer al último día por policías a los que identificó.
 Entre lágrimas, afirmó que no pudo declarar con tranquilidad en Tribunales cuando fue citada en la etapa de instrucción.  El empleado que le tomaba testimonio la presionaba para que sólo ofreciera precisiones. “Lloro porque ahora me siento liberada” –dijo-
El Tribunal le pidió revisara varios álbumes de fotografías lo que le permitió  identificar y caracterizar a varios integrantes del D2, entre otros a  Manuel Bustos (Mechón Blanco), Alfredo Castro,  Miguel Ángel Salinas   y dos agentes de apellido Lapas y González, cuyas fotos no estaban registradas en el archivo.
Además de haber padecido  toda la saña del régimen, Rosa carga el dolor de haber perdido a su compañero, Ricardo Sánchez a quién vio por última vez en los calabozos del D2.

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