El Diputado Ricardo Puga fue detenido durante el gobierno constitucional de Isabel Martínez. Afirmó que las prácticas desde antes de la Dictadura eran propias del Terrorismo de Estado; además reveló su paso por la Colonia Papagayos, otro CCD identificado por primera vez en estos juicios. Remarcó que después de treintaicinco años y cuatro días, con su comparecencia ante el Tribunal, ha tenido la posibilidad de revelar “la forma infame a la que fue sometido el pueblo argentino”.
El 13 de enero de 1976, Puga fue detenido en Guaymallén, trasladado a la Colonia Papagayos -perteneciente a la Dirección General de Escuelas-, de allí al D2 y finalmente a la cárcel provincial. En su condición de ex preso político sufrió los consabidos vejámenes. En Papagayo recibió picana, golpes y simulacro de fusilamiento, allí consiguió dejar su marca como prueba de su paso por ese CCD. Tiempo después, en 1985, Puga efectuó un reconocimiento del lugar y tomó fotografías; encontró en los cascarones de pared del edificio derruido su apellido grabado por él mismo con las esposas que lo apresaban dos décadas antes. Reconoció en la zona un ciruelo, con el cual satisfaría su ahogo luego de una sesión de picana. También dialogó con un viejo cuidador del lugar que le confirmó que años atrás el espacio era utilizado por militares y policías para secuestrar personas. Las fotografías las remitió al MEDH, para conservarlas como prueba, actitud visionaria porque el edificio fue totalmente demolido; hoy el Tribunal solo cuenta con las tomas que acreditan los vestigios de ese Centro Clandestino de Detención.
A lo largo de su testimonio se manifestó aún escandalizado por los absurdos institucionales que le tocó vivir: los jueces recibían órdenes de los militares. “Ningún funcionario mediaba por las detenciones ilegales” dijo.
Por su reciente labor al frente de la Comisión de Derechos y Garantías, el diputado ha tenido acceso a legajos de funcionarios actuantes durante la dictadura. Entre ellos Carlos Rico, ex - Subsecretario de Seguridad del gobierno de Jaque, quien solicitó en su momento “un ascenso en virtud de sus esfuerzo y trabajo en la lucha antisubversiva”. Recordó la existencia de cursos teóricos y prácticos (antes y durante el golpe) en el marco de la teoría de la Seguridad Nacional para preparar personal idóneo para reprimir y matar. “Había un poder que no era el poder real de la Constitución, se estaba preparando una suerte de corresponsabilidad social” agregó.
Finalmente, identificó a los carceleros más perversos y dijo haber compartido cautiverio por dos veces, con el desaparecido Roberto Blanco.
Ricardo Puga fue liberado en diciembre de 1976; a la hora de su detención pertenecía al Partido Auténtico, un desprendimiento del Justicialismo que, ante la derechización del Gobierno de Isabel, mantenía la línea diseñada en la etapa camporista; en él también se enrolaban el ex gobernador de Mendoza, Martínez Baca y varios mandatarios provinciales destituidos por el lopezrreguismo.
El 13 de enero de 1976, Puga fue detenido en Guaymallén, trasladado a la Colonia Papagayos -perteneciente a la Dirección General de Escuelas-, de allí al D2 y finalmente a la cárcel provincial. En su condición de ex preso político sufrió los consabidos vejámenes. En Papagayo recibió picana, golpes y simulacro de fusilamiento, allí consiguió dejar su marca como prueba de su paso por ese CCD. Tiempo después, en 1985, Puga efectuó un reconocimiento del lugar y tomó fotografías; encontró en los cascarones de pared del edificio derruido su apellido grabado por él mismo con las esposas que lo apresaban dos décadas antes. Reconoció en la zona un ciruelo, con el cual satisfaría su ahogo luego de una sesión de picana. También dialogó con un viejo cuidador del lugar que le confirmó que años atrás el espacio era utilizado por militares y policías para secuestrar personas. Las fotografías las remitió al MEDH, para conservarlas como prueba, actitud visionaria porque el edificio fue totalmente demolido; hoy el Tribunal solo cuenta con las tomas que acreditan los vestigios de ese Centro Clandestino de Detención.
A lo largo de su testimonio se manifestó aún escandalizado por los absurdos institucionales que le tocó vivir: los jueces recibían órdenes de los militares. “Ningún funcionario mediaba por las detenciones ilegales” dijo.
Por su reciente labor al frente de la Comisión de Derechos y Garantías, el diputado ha tenido acceso a legajos de funcionarios actuantes durante la dictadura. Entre ellos Carlos Rico, ex - Subsecretario de Seguridad del gobierno de Jaque, quien solicitó en su momento “un ascenso en virtud de sus esfuerzo y trabajo en la lucha antisubversiva”. Recordó la existencia de cursos teóricos y prácticos (antes y durante el golpe) en el marco de la teoría de la Seguridad Nacional para preparar personal idóneo para reprimir y matar. “Había un poder que no era el poder real de la Constitución, se estaba preparando una suerte de corresponsabilidad social” agregó.
Finalmente, identificó a los carceleros más perversos y dijo haber compartido cautiverio por dos veces, con el desaparecido Roberto Blanco.
Ricardo Puga fue liberado en diciembre de 1976; a la hora de su detención pertenecía al Partido Auténtico, un desprendimiento del Justicialismo que, ante la derechización del Gobierno de Isabel, mantenía la línea diseñada en la etapa camporista; en él también se enrolaban el ex gobernador de Mendoza, Martínez Baca y varios mandatarios provinciales destituidos por el lopezrreguismo.
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