Nélida Lucía Allegrini y Pedro Tránsito Lucero, Jefe de Noticias del diario Los Andes a la hora del golpe, fueron detenidos en 1976; ambos vivieron como inexplicables sus respectivos cautiverios. Ella estuvo sometida a Consejo de Guerra; en tanto que Lucero salió en libertad en la Nochebuena del ‘76 no sin antes escuchar de boca Tamer Yapur que nunca más ejercería el periodismo. Así fue.
Un grupo de extraños llegó al domicilio de Lucía Allegrini el 10 de mayo en busca de su esposo Víctor Manuel Sabatini e inmediatamente se lo llevaron; ella quedo encerrada un día en su propio domicilio junto con sus dos hijitos, vigilados por la patota, hasta que decidieron detenerla a ella también. La testigo afirmó que robaron bienes de valor y se llevaron hasta un secador de pelo y la pileta de lona de los niños. Su primer destino fue el D2 donde permaneció un mes; allí recibió los castigos y tormentos característicos de ese CCD, luego pasó a la Comisaría 33 de Las Heras y de allí a Devoto.
También confirmó que en el mismo operativo, en su propia casa, fue detenido el Desaparecido Jorge Daniel Moyano. En esos días se realizaron procedimientos contra personas próximas al Partido Revolucionario de los Trabajadores. Allegrini aclaró que no tenía pertenencia política, sin embargo quedó sometida a Consejo de Guerra junto con ellas; cumplida la farsa del juicio militar se le aplicó una condena de tres años y seis meses por Incitación a la violencia y encubrimiento en calidad de partícipe secundaria Para mayor dolor, mientras se hallaba en el penal de Devoto falleció, en un accidente, su hijito de 8 años.
Le fueron exhibidas las fotos del D2, lo que le permitió reconocer a cuatro represores que prestaban servicios en ese CCD
Lucía volvió a Mendoza al despuntar 1980 pero nunca regresó a su casa porque en ese lugar, según sus palabras le “reventaron la vida”.
APLAUSOS PARA LA JUSTICIA
El Cnel. Lucero, interventor de Mendoza a la hora del golpe, fue demorado el mismo 24 de marzo; esa misma madrugada su hijo Pedro fue detenido junto a su esposa cuando se desempeñaba como Jefe de Noticias del diario Los Andes y trabajaba, también, para La Nación de Buenos Aires. Padre e hijo fueron a parar al Liceo Militar; un mes después, el periodista arribó a la Penitenciaria Provincial junto con su colega Antonio Di Benedetto.
En un estilo pintoresco, Pedro Tránsito Lucero contó el talante y reacciones del Vicecomodoro Santuccione, entonces Jefe de Policía, y dijo del comportamiento arbitrario de la cúpula del Ejército para con los ciudadanos caídos en desgracia. Hizo críticas puntuales al Gral. Maradona quien obraba con enemistad hacia su familia. Además aclaró cómo se tejían las relaciones entre el diario y los servicios de inteligencia. El Oficial de Aeronáutica Pagela se dedicaba a recoger la información, Gómez Saha y a dos capitanes del Ejército rondaban en busca de datos. Entre otras cosas, solicitaban fotos de las manifestaciones, con distinta suerte.
Ofreció su versión de la detención de Bonardell, también periodista de Los Andes y recordó las situaciones compartidas con sus colegas Moran y Di Bendetto. Tal como se lo anunciara Tamer Yapur el día que salió en libertad, no consiguió regresar a su puesto porque Los Andes lo dejó cesante con el argumento de haber incurrido en “actividades incompatible con la función del periodista”. A raíz de un juicio laboral consiguió ser indemnizado.
Antes de proceder al reconocimiento fotográfico, Lucero de 84 años, entre lágrimas ofreció un sentido aplauso al Tribunal en tanto, según él, simboliza la restitución de la Justicia.
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