miércoles, 6 de abril de 2011


Audiencia del 5 de abril

CAUSA SÁNCHEZ CORONEL (III): Relato de un hijo

Con tres testimonios prosiguió el debate sobre la causa por la desaparición de Ricardo Sánchez Coronel. A través de su hijo Ariel se corroboraron las contradicciones y se ataron cabos sueltos de la burocracia al servicio de la represión. También hubo precisiones sobre la fecha de su desaparición.

Ariel Sánchez Triviño

“No llegó esa noche a casa”, recuerda Ariel Ricardo Sánchez Triviño. A los 10 años, el hijo mayor de Sánchez Coronel, con hermanos de 9 y 4 años en ese entonces, registró para siempre la fecha del frío martes 1 de junio de 1.976 como la del día que se llevaron a su padre. Igual que Rosa Gómez, que la grabaría porque era el cumpleaños de su cuñada.
Ariel Sánchez acompañó a su madre Silvia Triviño (“quien nunca dejó de buscarlo”) en su infructuoso reclamo por la comisaría 7ª, el 8º Comando de Montaña y otras dependencias militares. A pesar de que Tamer Yapur librara un pedido de captura, policías y militares les aconsejaron olvidarse. Refugiados en casa de los abuelos paternos, días después va con su mamá a la casa familiar donde encuentran el portón del frente roto, todo revuelto, luces prendidas y al menos a tres militares en la casa cargando un bolso blanco con libros y pertenencias. “Dentro mío yo tenía la sensación de que él estaba ahí”, narró Ariel acerca de una camioneta militar estacionada en las inmediaciones.

Sánchez tuvo acceso al legajo del Banco de Mendoza de su padre. Allí figuran: el informe de un compañero, Francisco Nuñez, según el cual a Sánchez Coronel se lo llevan el 3 de junio del domicilio legal del Banco (Gutiérrez 51) por la puerta chica para personal. Dicho informe sirvió al directorio del Banco (digitado por Tamer Yapur a través de Ibañez) para dejarlo cesante días más tarde.
El telegrama de despido remitido a su madre, firmado por el secretario del directorio Micheleto, encuentra “justificativo” en el informe de Tamer Yapur (nómina de detenidos con el nombre de Sánchez Coronel especialmente subrayado, con orden de detención y pedido de captura el 10 de junio). Para su hijo se trata de un “dictamen de auditoría” que culpabiliza a la víctima.
En la contestación del 5 de agosto al hábeas corpus presentado el 4 de junio por Silvia Triviño, el comandante del 8º Comando de Montaña, Jorge Maradona contradice al mismo Yapur, al afirmar que el causante no fue detenido por el Comando. Así, el juez Guzzo rechazó el hábeas corpus e incluso impuso las costas a Silvia.

En la memoria del hijo quedó el recuerdo de una buena persona. Esto lo corroboró en 1.986, a través de su propio ingreso al Banco de Mendoza por el reconocimiento y el orgullo de ex compañeros por la lucha de Sánchez Coronel. Y recordó con afecto a otro compañero de militancia de su padre, también desaparecido, “Pantera Rosa” Rosales.
Sobre lo que significó esto para su familia, dijo: “nunca pudimos saber nada, todo era igual siempre, sufrimos el vacío y el señalamiento de la gente, por eso siempre fuimos muy nosotros”.

En esta jornada también declaró Raúl Armando Morán, compañero maestranza y concuñado de Sánchez Coronel. Reticente, aportó poca información, por boca de Nuñez supo que ese 1º de junio, mientras ambos cumplían el turno de 13:30 a 20:30, se lo habían llevado tres o cuatro civiles alrededor de las 20 horas tras un llamado. “Fue todo muy rápido, no se alcanzó a cambiar, bajó con la ropa caqui de fajina”. La audiencia concluyó con un testimonio reservado, sin público ni prensa.

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