El círculo militar
28-09-2012 | Se escucharon
los testimonios de María Pérez, que aportó que las secuestradas embarazadas
eran llevadas a un asilo de la Sociedad de Damas de la Caridad; y de Sigifredo Mitre
-vecino de la mimbrería de donde fue secuestrado Rodolfo Vera. María Domínguez
volvió a presentarse en el Tribunal por el destino de su nieta o nieto.
Vigilia en espera de los Juicios. Gentileza: Colectivo "Chacras para todos".
“Mujer de militar”
María del Carmen Pérez, ex esposa de Juan Antonio Fernández -militar que en el año 77 integraba el cuerpo del VIII Comando de Infantería de Montaña-, fue citada a raíz de una confesión que le hizo a María Assof de Domínguez. Había pasado poco tiempo de los secuestros de Walter Domínguez y de Gladys Castro, cuando Pérez le contó a María que su marido conocía que “a las delincuentes subversivas embarazadas se las llevaban al asilo Monseñor Orzali y que sus hijos eran dados en adopción”. También le contó que Gladys había dado a luz a un varón.
María del Carmen Pérez, ex esposa de Juan Antonio Fernández -militar que en el año 77 integraba el cuerpo del VIII Comando de Infantería de Montaña-, fue citada a raíz de una confesión que le hizo a María Assof de Domínguez. Había pasado poco tiempo de los secuestros de Walter Domínguez y de Gladys Castro, cuando Pérez le contó a María que su marido conocía que “a las delincuentes subversivas embarazadas se las llevaban al asilo Monseñor Orzali y que sus hijos eran dados en adopción”. También le contó que Gladys había dado a luz a un varón.
Ambos datos fueron soslayados por
la testigo que habló de sí como “mujer de militar”, no obstante la lectura de
las declaraciones que hizo en 1985 ante el juez de instrucción militar y en
2006 ante el juez federal. Luego de escuchar los expedientes, Pérez recordó también
que su ex pareja le relató que a ese asilo “llegaban mujeres de todos lados”.
Debido al rumbo de la declaración,
por pedido del MEDH -Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos- y de la Fiscalía,
la mujer fue enfrentada a un careo con María
Assof de Domínguez. En esta instancia de esclarecimiento se conoció que
aquella conversación entre ambas había sucedido en la vía pública y por
iniciativa de Pérez -inicialmente la testigo dijo que María Assof la había
interrogado en su domicilio. Acerca del hijo o la hija de Gladys y de Walter,
Pérez negó los dichos y agregó que no tenía ningún conocimiento de los
operativos que hacía el Ejército aunque contó que había una relación cercana y
encuentros familiares con Mario Ramón Lépori -fallecido ex general, imputado en
el anterior Juicio-, Ramón Ángel Puebla -imputado en el actual proceso- y "Pintos".
María del Carmen Pérez también
fue consultada por la desaparición de Adriana Campos y José Alcaráz. Dijo que tuvo
conocimiento por la abuela de Adriana, cuando ésta la consultó creyendo que
podía aportarle alguna información. Ni por aquel entonces ni en la actualidad María
del Carmen se supo en condiciones de brindar datos que quiebren el pacto de silencio.
Las respuestas pueden encontrarse en esa compleja categoría de “mujer de
militar”.
La fundamentación por las partes acerca
del careo de Domínguez y Pérez se efectuará en la etapa de alegatos. La
resolución sobre la incidencia del mismo queda a cargo del Tribunal.
María del Carmen Pérez
María del Carmen Pérez
“Se llevaron al gordo”
Sigifredo Horacio Mitre tenía un café bar en la calle Dorrego, cerca
de la mimbrería de la que fue secuestrado Rodolfo Vera. Lo conocía sólo de
vista. “Se lo llevaron al gordo” fue el comentario que le llegó en la despensa
del barrio, que estaba ubicada exactamente enfrente de la mimbrería, la mañana
siguiente al secuestro. Dijo que la noticia no se extendía más allá de esas
pocas palabras, “en esa época nadie arriesgaba una palabra, todos nos
imaginamos que se lo llevaron y lo desaparecieron como era común en ese tiempo”.
Relató que en su intento de conocer algún otro dato recurrió al destacamento
policial que está sobre calle Dorrego a pocos metros de la mimbrería, pero todo
terminó en las palabras del oficial de turno: “no se nada, no te metás”.
Mitre agregó que a Rodolfo se lo
veía en el domicilio con una mujer y que delante de la mimbrería -en la casa
que daba a la vereda- vivía una familia de apellido Getani. También dejó en
claro a quiénes se referían los vecinos y él cuando hablaban de los
secuestradores, “los mismos que desaparecían a los demás: Policía, Gendarmería,
el Ejército”.
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